lunes, 14 de diciembre de 2009

Crítica


En general, los críticos coinciden en afirmar que Juan Manuel Roca tiene como características y temáticas principales de su obra:
Mundo oníricosurrealismo; Componente histórico/social; Pintura; Mundo literario.
Generación desencantada
-Antes de entrar a referenciar estos aspectos de la poética de Roca, es importante recordar que éste fue asociado como sus antecesores a un grupo de escritores que publicaron entre 1965 y 1980 y que nacieron alrededor de 1945, llamado por Harold A. Tenorio “la generación desencantada” (antología, 1985). Sostiene que están desencantados por el engaño, la retorica y falsas promesas de las clases dirigentes del país. La crisis sociopolítica y la exacerbación de la violencia en sus diferentes expresiones: la represión policiva, debido al enfrentamiento del gobierno con los grupos guerrilleros y disidentes, la escalada del narcotráfico y al acoso de los paramilitares en las zonas rurales.
- sin embargo esta generación que también fue llamada por otros críticos Samuel Jaramillo “cinco tendencias en la poesía posnadaista en colombia”, como generación sin nombre, la antipoesia, la poesía política, de la imagen, poesía narrativa, confirmando así que este grupo no era un movimiento poetico uniforme sino un grupo de individualidades aisladas, pues no había un programa o credo estético común, ni tampoco se habían aglutinado en torno a una revista. Se observa entonces un eclecticismo, que en palabras de Octavio Paz para definir un rasgo central de su generación en latinoamerica, llamo solitarios-solidarios.
Un rasgo común que propone Juan Gustavo cobo borda es que estos poetas que empiezan a publicar su obra en la década del 70, es que no son volcados hacia el exterior sino recogidos en su intimidad, explorando su mundo interior con el objetivo de tener la palabra precisa, la elaboración de una poetica como forma de superar el olvido mediante la fabulación creativa. La poesía para ellos es fidelidad y conciencia. El arte a través de la irrealidad, propone una verdad más vital: la de lo imaginario.
-el desencanto también proviene del contexto de frustraciones de un país caduco y precario en todos sus órdenes: económicos, sociales, políticos. Mientras que en otros países están sucediendo una serie de transformaciones estructurales, ideológicos y culturales, este país no participa de esos cambios o participa de manera tardía. Inclusive en el campo cultural salvo excepciones como GGM, la situación del país no corresponde al nivel latinoamericano. Entonces en sus obras se rastrea el deseo de ser sin la posibilidad material de serlo, sin embargo, en el caso de Roca hay un empeño crítico y a la vez esperanzador al ligar la historia social con la realidad imaginaria. De alguna forma a estos poetas no les interesaba pretender ser de otras latitudes, de otros contextos así que aceptaron su provincianismo material, y lo hicieron insumo prolífico de su obra.
Mundo onírico
Roca es un escritor de imágenes, no un retratista ni un simbolista de pincel grueso. Sus imágenes son de brocha fina y refilón profundo, buscando la alusión que lleve al lector hasta la estructura profunda de las cosas. Su reflexión involucra siempre los sentidos, siempre hay un pensamiento que enlaza la imagen y el sentir. La riqueza de detalles, la fuerza de la referencia y el uso claro de imágenes y metáforas, hacen de la poesía de Juan Manuel Roca un lugar donde entran en juego los ojos y el resto de los sentidos, pues se oyen rumores, hay olores, se escuchan sonidos y visiones que hacen del poema una experiencia surrealista, donde se potencia lo imaginario e irracional.
En un ensayo de Fabio Martinez, llamado “Juan Manuel Roca: poeta del sueño y de la memoria”, nos habla de la inscripción de Roca en la tradición surrealista que inicia con Novalis, en el que la noche es símbolo de lo infinito, Impregnado de un hálito de religiosidad -como sucede con la gran mayo­ría de los poetas lírico-románticos-, Novalis invocará la noche como el centro y eje del Universo, desde donde el poeta puede realizar su aventura metafísica. Dentro de esta tradición nombra a Gerard de Nerval, el representante más fiel del roman­ticismo en Francia, se sumergirá en el mundo de la noche a través del sueño, Baudelaire un habitante de la noche y el vino, Rimbaud y sus iluminaciones. También hay que nombrar a Breton, padre del surrealismo. En esta gran corriente es que se entronca la poesía de Juan Manuel Roca. Este poeta es un cantor de la noche, su ámbito ideal es la noche; el poeta asocia la noche con una época particularmente incierta y sombría que le ha tocado vivir, nos revela a través de una poesía visual y rica en imágenes poéticas, la indigencia de la época, con su perversidad y miserias humanas. Parece ser que Roca no sólo compartiera, sino que viviera aquello que alguna vez dijo Heidegger, a propósito de Holderlin, otro ilumi­nado de la noche: El tiempo de la noche es el tiempo de la miseria.
A diferencia de los románticos que buscaban en ella la dimensión de lo infinito, o de los poetas malditos que descubrieron en este espacio su infierno interior, la noche para Roca es el espacio del sueño liberador y de la memoria. Cons­ciente de su acercamiento con los expresionistas (así como lo fueron en su momento César Vallejo y Juan Rulfo), Roca opta por un desplazamiento sutil pero profundo, que se produce entre una poesía intimista donde primaba un yo-individual, y una poesía, que sin caer en una posición redentora del mundo, tiene en cuenta un yo-colectivo.
Como poeta latinoamericano, que no ha escapado de vivir en una región donde la belleza se confunde con la atrocidad, encuentra a través de un despliegue de imágenes (como si fuera un cuadro), una solución al dolor y a la miseria humana, a través del sueño liberador y de la memoria como potencializadores y detonantes de ellas. Podemos decir entonces que Roca apela a estas imágenes oníricas y modos surrealistas como una forma de confrontar la realidad devastadora, es decir ante la dureza, la capacidad para soñar.

Componente histórico/social:
La poesía de Juan Manuel Roca parte de la realidad, de la concreción, de la experiencia. La sencillez de los planteamientos y la claridad semántica y estructural hacen que las emociones aparezcan sin forzarlas, de una forma directa y sentimentalmente llana. De esa manera, Roca hace aparecer sensaciones, recuerdos o amarguras con la fidelidad de una verdad sin eufemismos. Los dolores, el personal y el social, van parejos, sin que la visión que ofrece a veces Roca de poeta intimista se contradiga con la preocupación social y el orgullo patrio.
Muchas veces se escucha un tono de desolación o escepticismo al nombrar la realidad violenta y las injusticias de su patria. Este componente tiene un marco de referencia claro que es la dinámica social los años 80 en que hace responsable a las clases dirigentes actoras de la violencia a través de sus líderes estatales: “con Turbay, incremento de las torturas, con Belisario de las desapariciones y con Barco de la guerra sucia.
El poeta en sus declaraciones personales ha señalado que “por medio de la ensoñación se
puede llegar a imágenes que tienen el poder de crear otra realidad paralela a la que vive uno”. Con estas premisas, reveladoras de una posición verdaderamente más poética
que política, el poeta es capaz de construir un mundo de esperanza para salvarse del
pesimismo total.
En su factura poética Roca parece establecer la idea de que el poeta logra comunicarse gracias a que el lenguaje recobra sus funciones más elementales y se hace otra vez instrumento para servir un propósito; ... el lenguaje debe nombrar la realidad, la cual existe objetivamente, pero que sufre una metamorfosis en la creación poética. Es decir, Roca cree que el poeta no puede aislarse de su contexto, este va a permear de diferentes formas su creación y posibilitando a través de la palabra nuevas realidades.

Pintura:
La poesía de lo visual, ensayo de Roca sobre poesía.
Plantea que sólo la imaginería metafórica, es decir, la resurrección del Ultraísmo, puede salvar al hombre del caos.
Lo visual en la poesía no tiene únicamente que ver con la disposición tipográfica, aunque fuera tan esencial en los poemas de un gran visionario y vísionador del cubismo, Guillaume Apollínaire y sus Caligramas, sino, más allá de la piel, de la epidermis del lenguaje, en la capacidad evocadora. A través del pensamiento analógico se llega a la imagen y por esta a la poesía visual. De la metáfora, que en griego quiere decir traslado, transporte, llevar de un la do a otro, de una realidad a otra, nacen nuevas realidades.
En la poesía se encierra un juego expresivo entre imagen y signo. Y estos tienen una naturaleza elusiva, en el sentido de que expresan ideas, sentimientos, por vías diferentes a las inmediatas. De esta manera lo visual en el poema puede desdoblarse en muchas lecturas de lo real.
Así mismo en muchos de los poemas de Roca el paisaje se estrena, como hablando a alguien que ha perdido la vista; como si el poeta se desdoblara en un pintor, con su perspectiva, y que en vez de pincel y oleos, témperas o acrílicos usa el lenguaje, lleno de mezclas insólitas, contrastes y retos de matices, pero en términos de uso del lenguaje. Buscando la profundidad y explorando las múltiples posibilidades de nombrar (pintar) la realidad.
Como si se hubiese atribuido la misión de traer los museos legendarios a sus poemas para un pueblo que de otra manera no los conocería, mantiene un dialogo con genios universales de la plástica, un dialogo en el que hay una especie de intercambio de materiales cromáticos y de glosarios para crear cuadros de palabras.
En estos poemas el poeta da una especie de lecciones de arte fabuladas que evocan a pintores como Giovanni Cimabue, Brueghel, Bosch,Van Gogh y Gauguin y Goya entre otros. . Juan Manuel ha explicado que esta veta temática se debe más “a un azar que a un asunto programático, pues son muy fuertes los lazos, cosidos con hilo de cáñamo, que existen entre la imaginería poética y la imaginería pictórica”.

Mundo literario:
Las referencias literarias ofrecen el apoyo necesario para contrastar la evidencia de la información: Baudelaire, Navokov, Ungaretti, Vallejo, Artaud y otros muchos autores son reclamados para estar en el mismo vagón del mismo viaje que recorren los poemas. La incorporación de autores y personajes queda plenamente justificada cuando la descripción del mundo se hace utilizando la historia de la palabra como referencia indispensable.
Además de los referentes literarios, Roca se pasea por variados paisajes de la cultura: Ulises, Heráclito o Degas reaparecen en sus versos para que la historia tenga otros argumentos en un mismo tiempo y lugar.
Roca pertenece a una generación que por primera vez considera a la tradición poética latinoamericana como su tradición. En varias entrevistas Juan Manuel Roca se ha reconocido en la tradición latinoamericana que representan César Vallejo y Juan Rulfo. A su vez, Roca es un fiel exponente de la poesía surgida en el Romanticismo Alemán, que luego explorarían los surrealistas franceses, con sus antecesores a la cabeza: Lautréamont y Rimbaud.En relación con la poesía colombiana, se reconoce en la obra poética de José Asunción Silva, Aurelio Arturo, Luis Vidales (tío materno), Carlos Obregón, Héctor Rojas Herazo y Fernando Charry Lara.

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